"Pasó sus primeros veinte años de vida en un circo, corriendo de un lugar a otro, y jamás en todo ese tiempo pisó la misma ciudad dos veces. ¿Habría existido alguna vez otro circo que errase en forma tan desmesurada? Hijo de acróbatas, la infancia le llenó cada día de paisajes nuevos, y fue amigo de enanos y payasos, de domadores y leones, ponies, trapecistas, funambulistas, hombres-bala y elefantes. Conocío tres Buffalos Bills y dos indias bailarinas que se dejaban cortornear de cuchillos.
A los catorce años, se enamoró de una adolescente que durante tres noches ocupó la segunda fila. La tercera noche (él ayudaba a la dama de los perritos amaestrados), la adolescente le guiñó el ojo y él se puso rojo como un tomate. No supo como reaccionar y cuando hubo meditado un método de acercamiento ya era demasiado tarde: viajaba por la carretera, en una caravana de carros, hacia la ciudad siguiente (...) "
de Melocotón de manzana, libro de relatos de Quim Monzó
Archivo del blog
-
▼
2004
(83)
-
▼
marzo
(30)
- La vida no es como las historietas de la Marvel
- Un rayo, por favor
- Viajero eventual
- Dos párrafos
- Gusto de todos
- Resfriado soy mejor persona
- He vuelto
- Me han encomendado una peligrosa misión intergalác...
- Un hombre con poco pelo camina cuesta abajo con lo...
- Vacaciones
- 50400 segundos con una cámara digital prestada se ...
- Sé/NoSé
- Neutro
- Fame
- Circulos que se cierran
- El espiritu de las fallas
- Pensamiento siniestro
- Mi concierto de Belle and Sebastian en 10 puntos
- Vidas anteriores
- Las personas vienen y van
- Esta mañana
- Mi post sobre Lost In Translation
- Etimología comparativa
- Mundo 1, Pablo 0
- Car crash
- Escribir un libro
- El alto precio de dos horas de sueño
- Happy birthday to me
- Cosas pequeñas
- Elementos reactivos
-
▼
marzo
(30)