viernes, mayo 28

Cinco horas y treinta y cuatro minutos.

Esas son las que quedan para que suene el despertador (otra vez).
Si consigo dormirlas seguidas me doy con un canto en los dientes.
Pero no me hago muchas ilusiones...

Tengo un casco

Tengo un casco, negro, para la moto.
Hace dos días reparé en que había desaparecido.
Lo busqué por todos lados y no lo encontré.
Conociendome, deduje que me lo había dejado sobre el asiento alguna noche volviendo a casa, y se lo había llevado alguien más espabilado que yo.
Ya tenía asumida la compra de un sustituto cuando ayer, de pronto, un amigo me dijo que tenia un casco negro en su casa.
He ido a verlo y era el mío. Rascado, con arañazos y un par de golpes, pero indudablemente mi casco.
Lo más curioso es que hace semanas que no paso por casa de mi amigo.
Y él no tiene ni idea de cómo ha llegado a su casa.

Y ahora lo veo en la mesa, como un gato escapado que vuelve a casa después del celo. Lleno de marcas y cicatrices de peleas en callejones. Lleno de historias.
Ojalá me las contara. Ahora sí que no lo cambio por nada.

Gente piedra

Es lo malo de la gente piedra.
Nos puedes poner en la cima, o dejarnos al pie.
Eso sí, puedes estar seguro de que si nos movemos, va a ser cuesta abajo.
Y rodando.
Y llevandoselo todo por delante.

jueves, mayo 27

Seychelles

Perros que hablan y pastan en los prados, viejas furgonetas que recorren el litoral de Menorca llenas de libros y de lamparas, con el interior tapizado de alfombras persas. Muros tan altos que ni un pájaro puede sobrevolarlos. Pájaros bala. Pájaros globo. Y una señora que me mira fijamente, pero por más que mueve la boca jamás consigue que la entienda.

Mientras la gente sueñe cosas de este tipo el gremio de los psicoanalistas podrá irse de vacaciones a las islas Seychelles todos los años. Sin reparar en gastos.

miércoles, mayo 26

Yo estaba antes

Autor y personaje pueden llevarse a matar y en ocasiones se gastan autenticas putadas.
Quizás sea esto un diario espejado, y mi vida sea una consecuencia de lo que escribo y no al revés, como se supone que debe ser. No me gusta esa idea.
Es una duda incómoda y capicúa a la que no me acostumbro.
Nunca pensé que me fuera a ser dificil convivir con esta criatura.
Más le vale ponerse las pilas o le quedan dos telediarios.
Yo estaba antes. Y yo aún soy el que decide.

Esto es lo que pienso que quedaría bien en un post.
O es lo que pienso.

martes, mayo 25

Y si?

A veces una idea te ronda borrosa por la cabeza, como una presencia que te pisa los talones todo el dia y que siempre se queda a tus espaldas por muy rápido que te gires.

Y ocurre que en ocasiones, a horas raras y tal vez por accidente, damos forma a esa idea, se vuelve tangible y real. Estaba ahí todo el tiempo, pero algo ha encendido la chispa adecuada y de repente ha prendido.

Entonces la idea toma cuerpo cara y ojos y te sigue a todos lados, recordandote que te está allí. Y dandote pellizcos. Y susurrandote contínuamente
"Y si...?"

lunes, mayo 24

Maestro de nada

Hoy me han contado que es necesario invertir al menos diez años para aprender a preparar sushi.
Si nos ponemos en ese plan, y echando un cáculo rápido, por mucho que avance la ciencia médica sólo voy a tener tiempo para aprender a hacer como dios manda cuatro o cinco cosas. Y eso en el mejor de los casos.

Invertí los primeros diez años en aprender a atarme los cordones.
Pasé la decada siguiente aprendiendo a mimetizarme con el color verde pálido de las paredes de mi instituto. Mala elección, porque ahora ni sé silbar, ni fumar, ni comer pipas, y mis intentos de hacer globos con un chicle suelen terminar en el suelo.
Ser adolescente sin saber hacer ninguna de estas cosas es francamente complicado.

Los siguientes diez los estoy invirtiendo en la guitarra y el resultado es mejorable. Así que voy a tener que ser más selectivo en las cosas que aprendo.
No puedo permitirme muchos errores.

O eso, o me intereso sólo por cosas que se puedan aprender en diez minutos. Alguna debe haber...