Estoy empezando a coger alergia a esta gente de pose atormentada por ser distinta de los demás. No hay nada más triste que cultivar obsesivamente esa distinción.
Y los ves maldecirse por arrastrar la carga de su propia singularidad. Y los notas nerviosos, alerta, atentos a cualquier aroma de mediocridad en el cuello perfumado de sus camisas. Dispuestos a sacudirselo a base de prosa poética, opiniones transgresoras y pose indolente ensayada en espejo de cuerpo entero. Manten la postura, que te siguen mirando...
¿Habrá más raros que normales en este planeta? ¿Serán la nueva "normalidad"? ¿Se pasa con la edad? ¿Es un germen?
Colonia barata, por favor. Más gente de a pie.
Los auténticos raros ni saben que lo son. Esos son los buenos.
jueves, mayo 20
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